¿CÓMO COMENTAR UN TEXTO
LITERARIO?
1. Introducción
En la actualidad llamamos literatura
al arte cuyo material es el lenguaje y al conjunto de obras específicamente
literarias. Desde que se inventó la escritura ésta ha sido el vehículo idóneo
de la transmisión literaria.
La Poética o Ciencia
de la literatura es aquella que tiene por objeto la fundamentación
teórica de los estudios literarios. Una de las disciplinas que forman parte de
esta ciencia es la Crítica literaria que analiza los elementos
formales y temáticos de los textos desde un punto de vista sincrónico,
valiéndose de la técnica del Comentario de textos.
2. El comentario de textos
literario
Para comentar un texto literario
hay que analizar conjuntamente lo que el texto dice y cómo lo dice. Estos dos
aspectos no pueden separarse, pues, como opina el profesor Lázaro Carreter: "No
puede negarse que en todo escrito se dice algo (fondo) mediante palabras
(forma). Pero eso no implica que forma y fondo puedan separarse. Separarlos
para su estudio sería tan absurdo como deshacer un tapiz para comprender su
trama: obtendríamos como resultado un montón informe de hilos".
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Consejos
para hacer un buen comentario de textos literario
• Consultar previamente los
datos de la historia literaria que se relacionan con el texto (época, autor,
obra…)
• Evitar parafrasear el texto, es decir, repetir las mismas ideas a las que
éste se refiere, pero de forma ampliada.
• Leer despacio, sin ideas prefijadas, intentando descubrir lo que el autor
quiso expresar.
• Delimitar con precisión lo que el texto dice.
• Intentar descubrir cómo lo dice.
• Concebir el texto como una unidad en la que todo está relacionado; buscar
todas las relaciones posibles entre el fondo y la forma del texto.
• Seguir un orden preciso en la explicación que no olvide ninguno de los
aspectos esenciales.
• Expresarse con claridad, evitar los comentarios superfluos o excesivamente
subjetivos.
• Ceñirse al texto: no usarlo como pretexto para referirse a otros temas ajenos
a él.
• Ser sincero en el juicio crítico. No temer expresar la propia opinión sobre
el texto, fundamentada en los aspectos parciales que se hayan ido
descubriendo.
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Así pues, comentar un texto
consiste en relacionar de forma clara y ordenada el fondo y la forma de ese
texto y descubrir lo que el autor del mismo quiso decirnos. Puede haber, por
tanto, distintas explicaciones válidas de un mismo texto, dependiendo de la
cultura, la sensibilidad o los intereses de los lectores que lo realizan.
Para llevar a cabo el análisis
conviene seguir un método, establecer una serie de fases o etapas en el
comentario que nos permitan una explicación lo más completa posible del texto.
2.1. Etapa previa: Lectura comprensiva y
localización del texto
La comprensión del texto.
La etapa previa a cualquier comentario consiste en realizar una lectura
rigurosa que nos permita entender tanto el texto completo como cada una de las
partes que lo forman. Para ello lo leeremos cuantas veces sean necesarias,
intentando solucionar las dificultades que nos plantea. En esta fase será
necesario utilizar diccionarios, gramáticas y otros libros de consulta.
La localización del texto.
Los textos pueden ser fragmentos u obras íntegras, y, por lo general,
pertenecen a un autor que ha escrito otras obras a lo largo de su vida. Por eso
es imprescindible localizar el texto que se comenta, es decir identificar
algunos datos externos como los siguientes:
• Autor, obra, fecha, periodo.
• Relación del texto con su contexto histórico.
• Características generales de la época, movimiento literario al que pertenece
el texto. Relación con otros movimientos artísticos y culturales del momento.
• Características de la personalidad del autor que se reflejan en el texto.
• Relación de esa obra con el resto de la producción del autor.
• Situación del fragmento analizado respecto a la totalidad de la obra.
El género literario y la forma de expresión
Es importante delimitar el género y subgénero literario al que pertenece el
texto, señalando aquellos aspectos en los que el autor sigue los rasgos propios
del género y aquellos otros en los que muestra cierta originalidad o
innovación.
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Los textos pueden
pertenecer a los más diversos géneros literarios:
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Géneros épico- narrativos como: Epopeya, Cantar de gesta, Romance, Novela,
Cuento, Leyenda, Cuadro de costumbres…
• Géneros líricos como: Oda, Canción, Elegía, Romance lírico, Epigrama,
Balada, Villancico, Serranilla…
• Géneros dramáticos como: Tragedia, Comedia, Drama, Tragicomedia, Auto
Sacramental, Paso, Entremés, Jácara, Loa, Baile, Mojiganga, Sainete…
• Géneros didáctico ensayísticos como: Epístola, Fábula, Ensayo, Artículo…
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En este
apartado conviene analizar:
• El género y subgénero del texto. Rasgos generales.
• Aspectos originales
• Forma de expresión utilizada por el autor: narración, descripción, diálogo…
• Prosa o verso y peculiaridades del texto derivadas de ello.
2.2. Análisis del contenido
En esta
fase deben analizarse el argumento, el tema o idea central que el autor nos
quiere transmitir, su punto de vista y la forma en que estructura el mensaje.
•Para hallar el argumento preguntaremos: ¿Qué ocurre?
•Para delimitar el tema: ¿Cuál es la idea básica que ha querido transmitir el
autor del texto?.
•Para analizar la estructura: ¿Cómo organiza el autor lo que quiere decir en
unidades coherentes relacionadas entre sí?
•Para descubrir la postura del autor: ¿De qué forma interviene el autor en el
texto?
Argumento y tema
Hallar el argumento de un texto es seleccionar las acciones o acontecimientos
esenciales y reducir su extensión conservando los detalles más importantes. El
argumento puede desarrollarse en uno o dos párrafos.
Si del argumento eliminamos todos los
detalles y definimos la intención del autor, lo que quiso decir al escribir el
texto, estaremos extrayendo el tema. Este ha de ser breve y conciso: se
reducirá a una o dos frases.
Al
analizar el tema de un texto
habrá que señalar también los tópicos y motivos literarios que puedan aparecer
en el texto: locus amoenus, beatus ille, etc…
La estructura del texto
Si nos detenemos en la forma en que el autor ha compuesto el texto y en cómo
las distintas partes del mismo se relacionan entre sí, estaremos analizando la
estructura.
Para
hallar la estructura de un texto hay que delimitar en primer lugar sus núcleos estructurales. Estos pueden
estar divididos a su vez en subnúcleos. Además, hay que determinar las relaciones que se establecen entre
ellos.
El
esquema estructural clásico es el de
introducción desarrollo, climax
y desenlace, pero los textos
pueden organizarse de otras formas:
• La disposición lineal:
los elementos aparecen uno detrás de otro hasta el final.
• La disposición convergente:
todos los elementos convergen en la conclusión
• La estructura dispersa:
los elementos no tienen aparentemente una estructura definida, ésta puede
llegar a ser caótica .
• La estructura abierta y aditiva:
los elementos se añaden unos a otros y se podría seguir añadiendo más.
• La estructura cerrada,
contraria a la anterior, etc.
Postura del autor en el texto y punto de vista
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El contexto
El
contexto es el ámbito de referencia de un texto. ¿Qué entiendo por ámbito
de referencia?. Todo aquello a lo que puede hacer referencia un texto: la
cultura, la realidad circundante, las ideologías, las convenciones sociales,
las normas éticas, etc.
Pero no es lo mismo el contexto en que se produce un texto que el contexto en
el que se interpreta. Si nos ceñimos a los textos literarios escritos, como
mínimo cabe distinguir entre el contexto del autor y el contexto del
receptor. Sin duda el ámbito de referencia de un autor al escribir su obra es
distinto del ámbito de referencia del receptor; la cultura del autor, su
conocimiento de la realidad circundante, su mentalidad, sus costumbres, no
suelen coincidir con la cultura, el conocimiento de la realidad, la
mentalidad o las costumbres de sus lectores. Más aún, no es posible hablar de
los lectores como una entidad abstracta, porque son seres individuales, cuyos
contextos son asimismo diferentes, por muy pequeña que sea la diferencia.
Manuel Camarero. Introducción al comentario de textos.
Castalia.
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En este
apartado se comentará el modo en que el autor interviene en el texto. Éste
puede adoptar una postura objetiva o subjetiva, realista o fantástica, seria o
irónica…etc.
Hay que
analizar también desde dónde relata la historia (desde afuera, desde arriba,
etc.), si aparece o no el narrador y qué punto de vista adopta: tercera persona
omnisciente, tercera persona observadora, primera persona protagonista, primera
persona testigo, etc.
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Tipos de narrador
• Tercera persona limitada: el
narrador se refiere a los personajes en tercera persona, pero sólo describe
lo que puede ser visto, oído o pensado por un solo personaje.
• Tercera persona omnisciente:
el narrador describe todo lo que los personajes ven, sienten, oyen… y los
hechos que no han sido presenciados por ningún personaje.
• Tercera persona observadora:
el narrador cuenta los hechos de los que es testigo como si los contemplara
desde fuera, no puede describir el interior de los personajes.
• Primera persona central:
El narrador adopta el punto de vista del protagonista que cuenta su historia
en primera persona.
• Primera persona periférica:
el narrador adopta el punto de vista de un personaje secundario que narra en primera
persona la vida del protagonista.
• Primera persona testigo:
un testigo de la acción que no participa en ella narra en primera persona los
acontecimientos.
• Segunda persona narrativa:
El narrador habla en segunda persona con lo que se produce un diálogo-monólogo
del proatagonista consigo mismo.
José María Díez Borque. Comentario de textos literarios.
Playor. (Adaptación)
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2.3. Análisis de la forma
Hemos
visto como el fondo y la forma de un texto están íntimamente unidos. Por eso en
esta fase del comentario se ha de poner al descubierto cómo cada rasgo formal
responde, en realidad, a una exigencia del tema. En este apartado habremos de
analizar:
El análisis del lenguaje literario
Nos
detendremos en el uso que el autor hace de las diferentes figuras retóricas y
con qué intención, relacionándolo en todo momento con el tema del texto.
El análisis métrico de los textos en verso
Ritmo, medida, rima, pausas, encabalgamientos, tipos de versos y estrofas
utilizadas, etc.
La exposición de las peculiaridades lingüísticas del
texto
• Plano fónico: se analizarán
las peculiaridades ortográficas, fonéticas y gráficas del texto que tengan
valor expresivo.
• Plano morfosintáctico: se
prestará atención a aspectos como los siguientes: acumulación de elementos de
determinadas categorías gramaticales (sustantivos, adjetivos, etc.); uso con
valor expresivo de diminutivos y aumentativos, y de los grados del adjetivo;
presencia de términos en aposición; utilización de los distintos tiempos
verbales; alteraciones del orden sintáctico; predominio de determinadas
estructuras oracionales…
• Plano semántico: se analizará
el léxico utilizado por el autor, la presencia de términos homonímicos,
polisémicos, sinónimos, antónimos, etc; y los valores connotativos del texto.
2.4. El texto como comunicación
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Los lectores dan vida
al texto
Los
lectores de textos literarios solemos detenernos en la interpretación de los
matices significativos que adquieren ciertas palabras o expresiones en los
contextos en que aparecen, porque estimamos que el autor lo ha escrito así con
una intención determinada. Otra cosa es que demos precisamente con la
clave de esa intención comunicativa del autor; a menudo será punto
menos que imposible. Imaginemos la interpretación de un texto literario
medieval; averiguar exactamente lo que quiso decir el autor requeriría una
reconstrucción arqueológica de la época y el lugar en el que fue escrito el
texto, una reconstrucción de la cultura que tenía el autor y aun de la que
tenían los lectores a quienes se dirigía.
Es posible, en cambio, que indaguemos la intención comunicativa del texto,
porque, como lectores, proporcionamos vida al texto cuando lo leemos;
si no, sería un libro cerrado, muerto. La intención comunicativa del texto es
aquella que el lector obtiene del texto, lo que a él le comunica.
Manuel Camarero. Introducción al comentario de textos.
Castalia.
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Una de
las características básicas de la comunicación literaria es la separación que
existe entre el emisor y el receptor de la obra. El emisor es el autor, pieza fundamental de la comunicación
literaria, pues es quien enuncia el mensaje. El significado de un texto
depende, en primer lugar, de la intención de su autor que, a la hora de
escribir está influenciado por su sistema de creencias y el contexto histórico
social al que pertenece, entre otros condicionamientos. El receptor es el lector de la obra. Cada lector hace "su
propia lectura", según sus características personales y el contexto
histórico social al que pertenece. Así pues, al analizar el texto como
comunicación habrá que atender a los siguientes aspectos:
• Funciones del lenguaje que predominan en el
texto. Actitud del autor ante el lector: ¿Se dirige directamente a él?
• Reacción que la lectura provoca en
nosotros como lectores: emoción, identificación, rechazo, etc.
• Intención comunicativa dominante
en el texto: informativa, persuasiva, lúdica…
• Posición del autor ante el
sistema de valores de su época.
2.5. Juicio crítico
En este
apartado se trata de hacer balance de todas las observaciones que hemos ido
anotando a lo largo del comentario y expresar de forma sincera, modesta y firme
nuestra impresión personal sobre el texto:
• Resumen de los aspectos más
relevantes analizados en el comentario.
• Opinión personal.